Leche materna en biberón

Si estás embarazada o en periodo de lactancia, quizás seas, igual que fui yo, una de esas mamás que se reincorporarán al trabajo poco después de terminar las 16 semanas de baja maternal de las cuales disfrutamos por el momento (aunque tengo la esperanza de que esto cambie) en España. Si es así, este post es para ti, así que espero que te sirva.

En otras entradas ya he mencionado que yo decidí reincorporarme a media jornada en horario de tarde para poder compartir la crianza con mi pareja y no tener que recurrir ni a abuelos, ni a cuidadoras, ni a guarderías. A pesar de que como máximo pasaba fuera de casa unas cinco horas y media entre trabajo y transporte, era el tiempo suficiente para que la peque sintiese hambre, por lo que todos los días dejaba un biberón de mi propia leche para la hora de la merienda. A partir de los 6 meses comenzamos a sustituir ese biberón por fruta y la verdad que para mí fue una pequeña «liberación» porque el sacaleches me sacaba la leche pero también me sacaba un poco de mis casillas… En esas 16 semanas de baja maternal, nunca encontraba un buen momento para sacarme leche e ir haciendo un «banco lácteo» de cara a mi reincorporación. Puede ser que como utilicé este aparatejo en el momento más crítico de nuestra lactancia, sumida en plena ingurgitación mamaria, su uso me trajese malas sensaciones. Hice como la Cigarra de la fábula, por lo que después me tocó currar todo lo que no había hecho antes. Así, cuando me fui a reincorporar, empecé a sacarme leche que congelaba, aunque para ser sinceros, raramente utilizamos ya que nos resultaba muy latoso. Al final, mi método era extraer toda la leche que pudiera durante el fin de semana (después de las tomas de la peque o a la vez, depende del momento y las ganas) para hacer acopio y después ir extrayendo cada mañana a diario lo que me fuera posible. Como me organizaba la agenda para trabajar todo del tirón, no me daba tiempo a sacarme leche en la clínica, de manera que por las noches llegaba con el pecho repleto y la peque no era capaz de comer tanto, así que lo que ella no tomaba me lo extraía y eso también iba a la nevera.

¿Qué pasos se deben seguir para extraer y conservar la leche materna en condiciones óptimas?

Se puede extraer de manera mecánica, es decir, con sacaleches, que puede ser a su vez eléctrico o manual. En el mercado pueden encontrarse multitud de modelos, yo tuve uno manual (comprado de manera urgente al ver que la bebé no se podía coger al pecho) y es el único que he utilizado así que no puedo dar una opinión personal sobre cual es mejor. El que tuve me fue bien, nos sacó de un gran aprieto, aunque como comentaba más arriba creo que los malos recuerdos que me traía me hacían recelar de él.

El otro método es el manual. Un día se me cayó el sacaleches y se partió, menos mal que la peque ya había superado los 6 meses y tenía más opciones de merienda… Desde entonces, cuando necesitaba sacarme leche, empecé a usar la Técnica de Marmet que fue la que me enseñaron tanto en el Hospital donde di a luz -bueno en realidad allí me documentaron (1), es decir, el alta hospitalaria incluía unas hojas con ésta y otras informaciones útiles en el puerperio- como luego en el centro de salud, donde la maravillosa Charo (matrona del CS Imperial) me ayudó a entender lo que venía escrito en aquellos papeles que hoy recupero para elaborar esta entrada. Al principio me parecía difícil pero la verdad es que una vez que se aprende no lo es tanto.

Primero, puede ser necesario estimular la subida (o bajada, según el país se dice de una manera) de la leche. Esto puede llevarse a cabo también si la extracción va a hacerse con sacaleches, ya que la facilitará. Para ello se puede:

  • Masajear el pecho oprimiéndolo con suavidad contra las costillas, haciendo círculos fijos sobre la piel, sin deslizar los dedos.
  • Frotar el pecho con cuidado y en sentido centrípeto, es decir desde fuera hacia el pezón, haciendo que se produzca un cosquilleo.
  • Sacudiendo ambos pechos con delicadeza estando inclinada hacia delante.
  • Mirando una foto o un objeto del bebé o simplemente pensando en él. A veces eso solo es suficiente.

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Una vez que el pecho esté en condiciones para la extracción y nos hayamos asegurado que las manos están limpias para manipular lo que será la comida de nuestro pequeño:

  • Colocación: el pulgar y los dedos índice y medio en forma de C a unos 3 o 4 centímetros del pezón, rodeándolo, intentando al mismo tiempo que el seno no descanse sobre la mano.
  • Movimiento:
    • Empuja los dedos hacia atrás, hacia las costillas, sin separar.
    • «Rueda» los dedos sin deslizar hacia el pezón.

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  • Acciones a evitar:
    • Tirar o «exprimir» el pezón.
    • Apoyar ambas manos alrededor del pezón.

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Una vez que hayas conseguido sacar la leche es importante saber cómo almacenarla:

  • En recipientes de plástico duro o cristal, si son de cristal atenta, recuerda que si se llena demasiado podría romperse al congelarse. También se pueden usar bolsas de zip para alimentos e incluso existen bolsas específicas para este fin que pueden adaptarse al sacaleches. Sobra decir que, en cualquier caso, deberán estar limpios y/o estériles.
  • Etiquetar los envases con fecha y hora de la extracción. Si se sacan cantidades pequeñas (como era mi caso), pueden guardarse en la nevera y al final del día juntar todo en un único recipiente. No se recomienda mezclar leche recién extraída con leche ya refrigerada, es preferible que toda la leche se refrigere antes de mezclarse y se etiquete con la hora de la primera extracción. Se puede sin embargo, mezclar leche recién extraída con leche congelada si el volumen de la primera es menor y se enfría previamente.
  • Antes de congelarse, en general, se recomienda que se enfríe en la nevera y se congele dentro de las 24 horas siguientes a su extracción.
  • Congelar en pequeñas cantidades para disminuir las sobras, ya que como veremos habrá que desecharlas.
  • Según dónde se almacene será apta para consumir más o menos días:
    • Frigorífico: de 5 a 8 días.
    • Nevera con congelador dentro: 2 semanas.
      • NO almacenar en la puerta de frigoríficos o neveras: se producen CAMBIOS DE TEMPERATURA en los productos ahí depositados.
    • Congelador con puerta independiente (frigorífico tipo «combi»): 6 meses.
    • Congelador independiente (-20ºC o menos): 12 meses.
  • Si la leche va a salir de casa, mantener SIEMPRE la cadena de frío con neveras portátiles.
  • En el caso de bebés que vayan a guardería o estén hospitalizados, anotar el nombre del bebé en el envase.

Si la leche que se le va a dar únicamente se había guardado en la nevera o el frigorífico, (sin congelar) debe calentarse para su consumo, ya que el bebé la debe tomar tibia, a unos 35ºC. ¿Cómo hacerlo?

  • Al baño María (con cazuela o calienta-biberón eléctrico).
  • Bajo el grifo de agua caliente.

En caso de haberse congelado se pueden seguir estos pasos:

  • Descongelación lenta: sacándola del congelador a la nevera. Puede usarse en las 24 horas siguientes a su descongelación, por ello puede ser útil anotar fecha y hora de la misma. Lo que no se haya consumido pasadas 24 horas debe desecharse.
  • Descongelación rápida: poniendo el recipiente bajo el chorro de agua fría y poco a poco ir bañándolo con agua más caliente hasta su completa descongelación o, directamente, introduciéndola en un recipiente con agua caliente. Se debe consumir de inmediato.

Y debe evitarse lo siguiente:

  • NUNCA hervir ni calentar en microondas la leche. En algunos sitios he leído que se puede calentar si se tiene luego la precaución de remover bien la leche antes de ofrecersela al bebé ya que en el microondas el calentamiento no es uniforme, pero yo no soy muy amiga de este aparato así que me quedo con la recomendación del hospital.
  • NUNCA volver a congelar leche descongelada.
  • Desechar toda la leche que haya sido calentada y el bebé no haya tomado.
  • Utilizar siempre la leche más antigua que se tenga en el congelador en caso de no disponer de leche refrigerada.

En algunos casos, el bebé rechaza la leche descongelada porque su olor y sabor se ha vuelto rancio. ¿Por qué ocurre esto?¿Quiere decir que se ha estropeado? No, únicamente ha cambiado de sabor y olor por la degradación de las grasas que contiene la leche materna. Se recomienda congelar la leche rápidamente tras la extracción y descongelarla por medio del método rápido. Si a pesar de hacerlo así la leche sigue oliendo mal, se aconseja probar a escaldar la leche recién extraida (esto es, calentarla en cazuela hasta que alcance los 60°C o veamos que aparecen burbujitas en las paredes de la cazuela, antes de que rompa el hervor) y a continuación enfriarla rápidamente con agua fría o agua con hielo antes de congelarla (2).

La reincorporación laboral es un momento delicado, si decides continuar con lactancia exclusiva, ¡mucho ánimo! Realmente no es algo sencillo, o al menos a mí no me lo pareció y eso que yo no trabajo muchas horas. Si tus horarios no te lo permiten puedes optar por la lactancia mixta o según la edad del bebé comenzar la alimentación complementaria. Consulta con el personal de pediatría y la matrona cuáles son las opciones que más se pueden ajustar a vuestras condiciones y expectativas. No te sientas culpable si las cosas no resultan como esperabas y tienes que tomar una decisión que en principio descartabas, muchas veces es mejor rectificar que obcecarse en una opción que resulte difícil de materializar y pueda generar estrés o resentimiento.

 

Referencias:

  1. Recomendaciones de cuidados al alta de enfermería. Hospitalización (LM). Hospital de Fuenlabrada. Agosto 2015.
  2. Visto en internet http://albalactanciamaterna.org/lactancia/tema-3-manejo-de-la-leche-materna/conservacion-de-la-leche-materna-extraida/
  3. Imágenes originales basadas en las que figuraban en el documento 1.

 

Un comentario en “Leche materna en biberón

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